Cuando escuchamos la palabra Reiki, muchas veces pensamos en “imposición de manos” o en una técnica energética para aliviar dolencias. Y sí, Reiki es eso… pero también es mucho más. Su verdadero nombre, Shin Shin Kaizen Usui Reiki Ryoho, significa:
“Método de sanación de Usui para el mejoramiento continuo del cuerpo, mente y corazón a través de la energía cósmica”.
Solo al leer esta definición, comprendemos que Reiki trasciende lo físico:
nos invita a un camino de plenitud, consciencia y felicidad.
Reiki: Una Filosofía para el Presente
Reiki no es únicamente una terapia, es también una forma de vivir. Así como necesitamos comer o dormir, nuestro ser también necesita respirar, meditar y purificarse a diario.
Desde mi experiencia, Reiki me enseñó que la salud y la felicidad no son destinos, sino caminos que se recorren paso a paso, con gratitud, amor y energía limpia.
Los Cinco Preceptos: Faros para el Alma
El fundador del Reiki, Mikao Usui, nos legó cinco principios conocidos como Gokai. Son simples, universales y atemporales:
- Solo por hoy, no me enojo.
- Solo por hoy, no me preocupo.
- Soy agradecido.
- Cumplo con mis obligaciones.
- Soy amable con los demás.
Cinco frases. Cinco anclas. Cinco maneras de volver a nuestro centro cuando la vida parece desordenarse. Estos preceptos no requieren ser reikista para practicarlos; basta con tener el deseo de vivir con más paz interior.
Reiki en lo Práctico: Menos Estrés, Más Bienestar
Más allá de su dimensión filosófica, Reiki también se manifiesta de manera concreta en nuestro cuerpo y mente.
Ayuda a disminuir el estrés, mejorar el descanso, desbloquear emociones y fortalecer nuestra capacidad natural de autosanar. Es como recordarle a nuestro organismo su sabiduría innata, un lenguaje sutil que entiende directamente el alma.
El Primer Paso: Sentirlo
¿Cómo empezar con Reiki? La respuesta es sencilla: experimentándolo.
Podés comenzar con sesiones para sentir su energía o, si sentís un llamado más profundo, iniciar una formación que te permita incorporar Reiki en tu vida cotidiana. En Japón se dice que “tener Reiki es una bendición”… y lo creo de corazón.
Eso sí: recomiendo elegir con cuidado. Hoy existen muchas variantes, pero no todas conservan la esencia. En mi caso, enseño desde el linaje tradicional japonés (Jikiden Reiki), donde se respetan los tiempos y la profundidad de los procesos. Reiki no se trata de aprender rápido, sino de integrar con conciencia.
Una Transformación Amorosa
Reiki transforma más que la salud: mejora nuestras relaciones, nuestro trabajo y, sobre todo, la relación con nosotros mismos.
Porque cuando dejamos de vivir desde el miedo o la lucha, comenzamos a fluir con la vida. No es magia, pero sí es poderoso. La energía está disponible para todos… solo hay que abrirse a recibirla.
👉 Si querés conocer más sobre Reiki y sus principios, visitá: Alma Vida
👉 Y si sentís el llamado a iniciarte como reikista, encontrá más información aquí: Formación en Reiki
